Buenas. Yo iba a hablar sobre un concierto del grupo "Bandcover" que asistí este fin de semana, sábado día nueve de octrubre, en la localidad de Almendralejo, en el cual participó un compañero de clase y colaborador de este blogs, "Abraham Benítez".
He de comentar que la puesta en escenario que mostraron los componentes con la interpretación de su repertorio, provocaron que el público disfrutara del momento, y en mi crearon sensaciones variopinta, las cuales, por una parte disfrutaba de música en directo mientras me divertía con amigos, y por otra me invadió un cúmulo de pensamientos psico-analíticos al ver la simultaneidad con la que mientras el grupo se expresaba con instrumentos de una forma, mientras que paralelamente, los oyentes se expresaban de gran diversidad de formas (cantando, bailando, realizando leves movimientos de cabezas, manos, pies).
Una vez expuesto esto, quisiera adentrarme en el campo de la expresividad de la educación relacionándolo con la actuación. En los colegios, con la puesta de audiciones y bailes a los alumnos, se pretende que consigan desarrollarse de forma afectiva, elocuente, entre otras muchas cosas. Esto genera cierta timidez inicial en algunos alumnos, los cuales de en vez de evolucionar, pueden retraerse. Un ejemplo de esto puede ser el niño que toca muy bien la flauta y el compañero que acaba de empezar y que le cuesta mas. No le sale igual, y por lo tanto, no sabe tocar la flauta (se mete en la cabeza) provocando la exclusión y rechazo de ésta. Con los bailes, en mi opinión, ocurre lo mismo. Hay niños que cordinan mejor los movimientos y tienen mejor memoria para retener los pasos mientras que otros son más patosos y se niegan a bailar ya que se sienten que hacen el ridículo y el verse en esa situación, hace que se discriminen ellos mismos para el baile y por lo tanto, también lo marginan los compañeros.
Viendo a la gente cómo bailaban y cómo se expresaban los músicos (había gente que desde mi punto de vista hacían el "ridículo", pero que en realidad disfrutaban, y todo esto lo transmitían, provocando tanto su individual como su globalizada aceptación), creo que esos niños patoso y esos malos instrumentistas de la flauta mejorarían si en realidad tocaran lo que quisieran (instrumento o canción) y bailaran como quieran en sus comienzos. Todo esto favorecería al alumno de forma individual y ayudaría a conocerse sus defectos y virtudes pudiendo potenciar sus cualidades y trabajando para mejorar sus carencias.
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